Rafael nació en 1483 en Urbino, el pequeño estado italiano gobernado por Federico Montefeltro y Battista Sforza. Los Montefeltro fueron importantes mecenas del Renacimiento en dura competencia con los Medici de Florencia y quedarían inmortalizados en las pinturas de Piero della Francesca . En un ambiente de efervescencia artística, el padre de Rafael, también pintor, alentó el precoz talento del hijo y lo colocó como aprendiz en el taller de Perugino.
Giorgio Vasari subraya en "Las Vidas" cómo en la época de aprendizaje con Perugino era difícil distinguir algunas pinturas del discípulo y del maestro. Todavía se puede apreciar comparando "La entrega de las llaves a San Pedro " de Perugino y "Los desposorio de la Virgen", del joven Rafael. La facilidad para capturar e interiorizar la esencia del estilo de los mejores fue una constante en la carrera del pintor de Urbino.
En la obra de Rafael las huellas de Leonardo y Miguel Ángel son a menudo evidentes .Otras influencias , como la razonablemente probable de Sandro Botticelli, quedan difuminadas, pero conociendo su facilidad para detectar y metabolizar aspectos importantes del talento ajeno y dada la originalidad y brillantez de las pinturas de Botticelli, que pudo frecuentar, son verosímiles.
FLORENCIA
Entre 1504 y 1508 Rafael permaneció en Florencia, que aún se mantenía como centro del arte europeo mientras Roma, que se recuperaba de su larga decadencia medieval, se preparaba para relevarla. Andando por las calles de la ciudad del Arno se tropezaban obras de vanguardia de todas las artes: fuentes, estatuas, iglesias,cúpulas, cortiles en los palacios o en las residencias de burgueses ricos...y en los interiores , pinturas y esculturas absolutamente modernas.
El recién llegado tenía una retina certera para calibrar las innovaciones del joven Miguel Ángel y del ya maduro Leonardo, -que había regresado a la ciudad en 1501-. Pero además de estos genios había en la ciudad otros de importante envergadura como Sandro Botticelli.
Botticelli, que moriría en 1510, vivía angustiado sus años finales. La desaparición de Lorenzo el Magnífico, su protector le sumió en la melancolía. Eran tiempos convulsos en lo político y en lo religioso y al sentido de pérdida se añadía el de culpa por influencia de las apocalípticas predicaciones de Savonarola al que seguía con fervor. En 1498 el monje dominico, fue condenado por la Inquisición y quemado en la Plaza de la Signoria. Todos estos acontecimientos conmocionaron al pintor y coincidieron con el abandono de su estilo brillante y poético que desapareció bajo otro austero, severo, seco y decididamente anacrónico.
<
Sandro Botticelli, La Primavera, 1478,2 x 3/ El Nacimiento de Venus, 1482,1,72 x 2,78 m
Sus espectaculares Primavera y Nacimiento de Venus... pertenecían ya a otro periodo de su vida pero permanecían en la ciudad, junto a otras pinturas religiosas, mitológicas, y sus retratos de juventud de cercana y atrayente belleza. Todo ello tuvo que detener y admirar al receptivo y agudo Rafael.
Sandro Botticelli, h.1500-1505, Los tres milagros de San Cenobio .National Gallery /nuevo y sorprendente estilo de los últimos años.
Chastel recuerda que Savonarola en los sermones había condenado con dureza el arte contemporáneo; su frivolidad, su capacidad para corromper la juventud por el lujo, la falta de pudor y decoro. Tal vez por ello el atormentado Botticelli de los últimos años, omite las "reglas" que se habían ido imponiendo en la pintura florentina : perspectiva, proporción, unidad de acción... importancia del desnudo, mímesis, armonía, y también el colorido lujoso y los atuendos magníficos para vestir a la Virgen y los santos...y busca acercarse al primitivismo austero y entonces ya anticuado del primer Fra Angelico, el del "Retablo de San Marcos" o el "Tríptico de Perus" pintados más de medio siglo antes.
Las Historias de San Cenobio son un buen ejemplo de ese estilo opuesto al anterior por el que era conocido y admirado. Pero Vasari no pudo entender que no era decadencia sino rebeldía, amargura y hasta penitencia.
Rafael, autorretrato, Escuela de Atenas (detalle). Vaticano
1- Influencias evidentes de esos años en Rafael
Rafael poseía un ojo infalible para detectar la originalidad y una retina pensante que procesaba los estímulos visuales que emitían las obras extraordinarias que llenaban la ciudad. Sus apuntes y pinturas muestran que nada que tuviera valor estético se le escapaba. Capturaba y anotaba en excelentes dibujos las innovaciones que encontraba, sobre todo de los vanguardistas Leonardo y Miguel Ángel:
-Del veterano Leonardo:le interesaron el "sfumato", la perspectiva aérea, la estructura suave y compleja de sus madonnas, las armoniosas composiciones piramidales de los grupos, sus originales retratos y cómo reflejaba en ellos aspectos psicológicos sutiles...
-Del joven Miguel Ángel: la representación escultórica de los cuerpos y la energía, contenida en la trabazón tridimensional con que proyecta las figuras desde el fondo del plano hacia el espectador en arriesgados escorzos. Y de su todavía escasa pintura la grave monumentalidad de las figuras, como en el "Tondo Doni" , encargo de Agnolo Doni.
Miguel Ángel, Tondo Doni, 1506, 1,50 diámetro. Uffizi
2.-Influencias posibles y las bodas de Agnolo Doni y Maddalena Strozzi:
Agnolo Doni, rico mercader y mecenas se casó con Maddalena Strozzi en 1503. Para celebrar las bodas había encargado a Miguel Ángel, un artista joven de 28 años pero ya consagrado por su gigantesco "David"- una pintura que el artista realizó en formato circular:el "Tondo Doni". Y a un artista más joven aún, Rafael (23 años), pero que iba adquiriendo calidad de maestro, su retrato y el de su esposa.
Rafael, 1506. Retrataos de Agnolo Doni (izda) y su esposa Maddalena Strozzi (dcha).. Témpera sobre tabla. 63 x 45 cm. cada uno Palaciio Pitti. Florencia
Rafael , que llegará a ser un retratista de primer orden, se dejó seducir por las innovaciones de Leonardo pero no pudo ser insensible a las brillantes imágenes de Botticcelli. El retrato de Maddalena Strozzi tiene claras reminiscencias de La Gioconda pero el de Agnolo Doni, de vibrante juventud y sencillez, sin olvidar a Leonardo, puede remitir a los retratos de sorprendente frescura del joven Botticelli.
Sandro Botticelli, Retrato de hombre con medalla de Cosme el Viejo.1474.(izda)
Sandro Botticelli, Autorretrato, 1475, Adoración de los Magos, (Detalle)
Los retratos de Botticelli joven estaban en Florencia y Rafael tuvo que admirarlos. Eran poco solemnes, inmediatos, de mirada directa, vivaces de trazo y de gran ligereza. La estilización del arabesco era poco acusada todavía. No había llegado a la que sería con el tiempo su marca de estilo, tan personal y cercana a los ritmos góticos de línea ondulante, melódica y figura desmaterializada. Todavía había en ellos algo de la exactitud expresiva de los retratistas del norte.
En el vibrante autorretrato de la "Adoración de los Magos" de 1475 -el año en que nació Miguel Ángel- hay una casi petulancia que parece expresar la autosuficiencia -todavía confiada- de la reciente visión antropocéntrica, del mundo: el hombre se convertía en el centro de interés ocupado por la divinidad durante la Edad Media.
BRAMANTE,Escalera de los Palacios Vaticanos,
EN ROMA, 1508-1520
Desde Florencia Rafael acudirá a Roma informado por el arquitecto Bramante de que el papa Julio II piensa transformar las grandes estancias vaticanas. En Roma vivirá y trabajará hasta su muerte a los 37 años. En el Vaticano realiza los frescos de las Estancias mientras Miguel Ángel, no muy lejos, trabaja en la bóveda de la Capilla Sixtina. Rafael, parece que alertado por Bramante, pudo visitar a escondidas los trabajos del celoso Miguel Ángel que sin duda le inspirarán. En Roma se convertirá en un retratista notable. Sus admirables retratos destacan por su hondura psicológica y cualidades plásticas y -por diferentes razones- son inolvidables los del papa Julio II, el del humanista Baltasar de Castiglione o el del papa Medici, León X
.
RAFAEL, Escuela de Atenas, Estancia de la Signatura. 1509, freco, 7 m. de base. Vaticano.