Brancusi, 1923, Oiseau dans l'espace ,bronce.
"Fue durante el verano de 1920, en el primer año de la existencia de mi librería, cuando conocí a James Joyce.[...]Yo sentía una gran adoración por James Joyce y al escuchar la inesperada noticia de que estaba allí, me sentí tan asustada que hubiera querido salir corriendo. Spire me dijo que los Joyce habían venido con los Pound -vi a Ezra a través de la puerta entreabierta-. Como conocía a Pound , me animé a entrar."--Sylvia Beach, Shakesperare & Cº
En 1929 Brancusi realizó ocho retratos de Joyce, alguno incluso de perfil, utilizando dos estilos:uno figurativo, aunque estilizado- y otro  totalmente abstracto ,como si en una espiral, celta, que fluye sin cesar y  algunos vectores cargados de energía el escultor rumano hubiera encontrado cómo plasmar  la esencia creativa del escritor irlandés.
De las historias que rodearon  los retratos hablan, entre otros,  Richard Ellmann en su monumental biografía del escritor , Sylvia Beach en las memorias como librera  de la Shakespeare & Cº de París y editora de Ulysses y  Margit Rowell,  comisaria de la retrospectiva  que el Centro Pompidou dedicó a Brancusi en 1995, en el  catálogo de la exposición.
Todo comenzó cuando los Crosby,-un matrimonio de millonarios americanos creadores en 1927 de la editorial,Black Sun Press, -que buscaba hacer compatible la mejor literatura con la edición de lujo- quisieron  publicar algún texto de Joyce. Hablaron con Sylvia Beach quien debería plantear a Joyce la posibilidad de publicar una parte del Work in Progress en que trabajaba entonces. 
Joyce aceptó y los Crosby  quisieron personalizar la edición  con un retrato de Joyce hecho por otro gran artista,  Picasso. Pero Joyce no deseaba  que fuera Picasso tan ligado a  Gertrude Stein y su círculo y  Picasso, a su vez,  adujo que  no hacía retratos de encargo. Entonces se le propuso a Brancusi.
Joyce y Gertrude Stein se conocían pero no se frecuentaban; posiblemente lo impedía el inmenso ego de Gertrude Stein -que Picasso, su amigo, logró encerrar en el  retrato descomunal, en todos los sentidos, que le hizo en 1907. Gertrude , la niña prodigio,con una sensibilidad evidente para el lenguaje se sentía amenazada por la grandeza de Joyce; ella necesitaba ocupar el escenario, todo el escenario y todo el tiempo. Tenía un concepto desmesurado de  sí misma y su trascendencia literaria lo que no impide  que  el escritor y crítico Edmund Wilson escribiera  de ella en 1931:
"Uno no debería hablar de "sinsentidos" hasta haber decidido en qué consiste el sentido...Casi todos nos resistimos a sus soporíferos galimatías, sus conjuros reiterativos, sus sonoros y a medias ingeniosos catálogos de números. [...] Y cada vez que cogemos sus escritos, por ininteligibles que los encontremos, nos percatamos de que nos hallamos ante una personalidad literaria de inconfundible originalidad y distinción."
Joyce  en cambio no tenía pretensiones personales, y  no solía actuar como si se considerase un  genio, ni presumir de ello;  ante Carl Jung se definió sincera y sencillamente como: 
"Un hombre de escasa virtud, inclinado a las extravagancias y al alcoholismo"Cuando en 1922 se publicó Ulysses, Gertrude se sintió ofendida con su librera de París por ser la editora del libro y enrabietada dejó de ser cliente de la Shakespeare & Cº; aunque con el tiempo regresaría a la librería.

 Mientras Joyce posaba para Brancusi, el escritor y el escultor se hicieron amigos.Se   comprendían, tenían opiniones semejantes sobre  variados asuntos: ambos estaban contra la mecanización del mundo y deploraban la velocidad que habían adquirido los ferrocarriles; e incluso coincidían en no gustarles nada la moda femenina de aquellos años.
Mientras Joyce posaba para Brancusi, el escritor y el escultor se hicieron amigos.Se   comprendían, tenían opiniones semejantes sobre  variados asuntos: ambos estaban contra la mecanización del mundo y deploraban la velocidad que habían adquirido los ferrocarriles; e incluso coincidían en no gustarles nada la moda femenina de aquellos años.
Además los dos tenían  problemas con Estados Unidos:  Joyce porque el Ulises estaba prohibido por inmoral, (la prohibición se mantendría hasta 1933) y  Brancusi, entre 1926-28, mantuvo un  enconado pleito con el Servicio de Aduanas norteamericano que se negaba a admitir que su escultura  Pájaro en el espacio, fuera una obra de arte , y estuviera  por tanto libre de tasas, y no un simple trozo de metal que debía pagarlas. Las diatribas contra  los USA eran su pasatiempo favorito, pero  al final  ambos artistas ganaron a la nación más  poderosa  del mundo.
 Constantin BRANCUSI, 1929, retrato de Joyce
 Constantin BRANCUSI, 1929, retrato de Joyce
Constantin BRANCUSI, 1929, Retrato de Joyce.El uso de pincel y tinta china - técnica antes no utilizada por Brancusi- refuerza el carácter sutil y expresivo de las  líneas.
El libro publicado por los Crosby en  Black Sun Press, retrato de Joyce incluido , se llamó Tales Told of Shem and Saun (Cuentos contados de Shem y Shaun) y formaba parte de  Finnegans Wake ,la cascada de lenguaje sin fin que permitió a Joyce decir en una broma-fanfarrona, que puede que sólo sea una profecía :" es el libro que mantendrá ocupados a los críticos durante 300 años".
Brancusi (Rumanía, 1876- París,1957) el escultor que revolucionó la escultura con la pureza y esencialidad de las formas  estaba en París desde  1904. Había salido de Rumanía en mayo de ese año, haciendo la mayor parte del viaje a pie, y pasando por Budapest, Viena, Munich..., llegó a París en julio; fue el año en que Picasso se instaló definitivamente en la ciudad. 
Margit Rowell compara su obra misteriosa e inclasificable con la de sus amigos Joyce y Pound y dice que los tres encontraron un modo nuevo de expresión que unía tradición y modernidad fundiéndolas hasta hacer desaparecer las contradicciones y en otro momento  compara la modernidad radical de  Brancusi con la de Satie y Schönberg en música, y con la de Mallarmé y Joyce en literatura.

El taller de Brancusi[ reconstruido con sus materiales genuinos y sobre el modelo original en el Centro Pompidou].París
Finnegans Wake, balada satírica irlandesa de mediados del siglo XIX



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