" Una civilización literaria no se construye a base de lecturas, sino de relecturas; quizá hasta una civilización a secas.[...]Releer es esa alianza discorde, reencontrar, reconocer y descubrir a la vez; encontrar lo que la lectura anterior o incluso alguna otra lectura no nos había revelado. El libro releído nos ofrece algo que ninguna lectura, por precisa que sea, podía darnos"./Giorgio Manganelli, 1990

martes, 27 de octubre de 2009

Andréi BIELY & Petersburgo



Vladimir Nabokov: "Mis obras maestras más grandes de la prosa del siglo XX son, en este orden: Ulises de Joyce, La metamorfosis de Kafka, Petersburgo de Biely y la primera parte del cuento de hadas de Proust En busca del tiempo perdido".


                        San Petersburgo hacia 1906. La perspectiva Nevski



Para Nabokov  la renovación de la prosa de la literatura Occidental en el siglo XX había sido llevada a cabo por esas cuatro obras maestras. Se pueden añadir otras imprescindibles como Viaje al fin de la noche, o El maestro y Margarita, o La muerte de Virgilio...porque nadie pudo escribir igual después de ellas.
De los cuatro autores posiblemente Biely sea el menos conocido.Algunos lectores llegaron a él por azar, sin saber que Biely  siquiera existía, cuando tropezaron con Petersburgo . Más tarde supieron lo que Nabokov decía y que añadía que Biely había sido para la gran literatura rusa, lo que Joyce para la literatura en inglés y la literatura en general. El libro está ahí, se puede leer, y formarse de él y de su autor un juicio propio, que puede coincidir o disentir de el de Nabokov, pero nunca se tendrá la sensación de haber perdido el tiempo con su lectura.

Andréi Biely retratado por Léon Bakst en 1905. 
El artista ruso Léon Bakst (1866-1924) fue pintor, ilustrador de libros, retratista, imaginativo figurinista de los Ballets Rusos de Diaghilev y profesor de Marc Chagall. Aunque su estilo, influido por la miniatura persa y el arte oriental es estilizado, ornamental, y de colorido suntuoso y refinado con  uso frecuente del arabesco, en los retratos que hizo a Biely es más sobrio y la ligereza de trazo y de color no impide que trasmita en la mirada intensa el temperamento genial y exagerado que en los últimos años de su vida llevó  al escritor a los bordes de la locura...


Andréi BIELY, Moscú 1880-1934.Su verdadero nombre era Boris Bugaev y formó parte  antes de la revolución de 1917 de la brillante corriente que integraban Esenin, Gorki, Maiakovski, Pasternak,Ajmatova, Mandelstam entre otros...Fueron los protagonistas de movimientos literarios tan activos como el futurismo, acmeímo y simbolismo y se sentían continuadores de los grandes poetas y escritores del brillante siglo XIX  ruso.
Biely,  de acusada inteligencia y sensibilidad, como se percibe al leerle, pertenece, aunque la desborda, a la corriente simbolista.Su obra es apasionada,visionaria, profunda e innovadora. 
Fue ensayista, poeta y novelista y poseía una mirada centrada en los entresijos menos evidentes de la realidad;la base de su escritura es una gran riqueza lingüística,una arbitraria sintaxis y un trasfondo musical, rítmico, que casi ondea el texto; además de estos recursos creativos posee un humor surreal y absurdo que crea imágenes sorprendentes y hasta divertidas, porque con Biely  piensa y se divierte el lector; crea un lenguaje nuevo que rompe con la gran literatura rusa de la que, no obstante, él se confiesa orgulloso heredero.
De Petersburgo se ha dicho que es una obra tan renovadora y difícil como el Ulises, aunque posiblemente se haya exagerado comparando la dificultad y sería más exacto decir tan renovadora y hermosa como el Ulises. Hay en ella un recuerdo lejano de Los demonios de Dostoievski por el ambiente prerrevolucionario y conspirativo en que se mueven los personajes del Nikolai Stavrogin de Los demonios y el Nikolai Apolónovich de Petersburgo. Pero la atmósfera en la que se mezcla lo real y lo simbólico y el afilado humor tratado a menudo de forma expresionista, su extraordinario lenguaje y sintaxis dislocada y el ritmo como trasfondo musical la alejan, sobre todo en el tiempo, de la gran novela de Dostoievski.



San Petersburgo.[ en el ángulo derecho se distingue la diagonal acelerada de la Perspectiva Nevski atravesando los canales hacia el  Neva.]


a) Petersburgo empieza así:


PRÓLOGO


Señoras, señores, ciudadanos todos:
¿Qué es nuestro Imperio Ruso?


Nuestro Imperio Ruso es un cuerpo geográfico, es decir una parte del planeta conocido.El Imperio Ruso comprende: en primer lugar, la Gran Rusia, la Pequeña , la Blanca y la Roja; en segundo lugar, los reinos de Georgia, de Polonia, de Kazán y de Astraján; en tercer lugar, comprende...,etcétera.
Integran nuestro Imperio Ruso muchas ciudades: capitales de Estado, de región, de provincias y villas; además: la primera corte y la madre de las ciudades rusas.
Petersburgo, o San Peterburgo, o Píter (que tanto da), pertenece al Imperio Ruso de hecho. Zargrado, Konstantinogrado (o,como suele decirse, Constantinopla) le pertenece por derecho de herencia. Pero no nos extenderemos en este punto.


Nos extenderemos más sobre Petersburgo: existe un Petersburgo, o San Petersburgo, o Píter (que tanto da). En base a esas mismas razones la Avenida Nevski es una avenida petersburguense.


La Avenida Nevski tiene una sorprendente propiedad: es un espacio destinado a la circulación del público; está delimitada por casas numeradas; la numeración coincide con el orden de las casas, lo que facilita en grado sumo la identificación de la casa buscada. La Avenida Nevski, como cualquier avenida, es una Avenida pública; esto es una avenida para que circule el público. Por la noche la Avenida Nevski no requiere alumbrado.


La Avenida Nevski es (debo decirlo) rectilínea, siendo como es una avenida europea; toda avenida europea es algo más que una avenida, es (como queda dicho) una avenida europea, ya que...bien mirado...
Por eso precisamente la avenida Nevski es una avenida rectilínea.
La avenida Nevski es una avenida de mucha importancia en esta ciudad-capital no rusa. Las demás ciudades rusas son un apiladero de casuchas de madera.
De todas ellas Petersburgo difiere asombrosamente.


Si ustedes afirman y sostienen la disparatada leyenda de que los moscovitas suman un millón y medio, deberán conceder que la capital es Moscú, ya que sólo las capitales tiene un millón y medio de habitantes; ningún centro de provincia tuvo, tiene ni tendrá un millón y medio de habitantes. De dar fe a la disparatada leyenda resultaría que la capital no es Petersburgo. Que su existencia es pura apariencia.


Con todo, Petersburgo, amén de parecer, también aparece: en los mapas; en forma de dos redondeles, uno dentro de otro, con un punto negro en el medio; desde este centro matemático, que carece de dimensión, manifiesta enérgicamente que existe: de allí, de ese punto, sale en torrente un enjambre de libros impresos; de ese punto invisible parten rápidas las circulares.


b) Y se pueden encontrar frases como estas:


-"En la casa lacada las tormentas de la vida transcurrían sin ruido; pero las tormentas de la vida eran aquí mortales",o
-"En otoño las calles de Petersburgo son un helero; el frío penetra hasta el tuétano y cosquillea; pero cuando la calle entra en casa, la calle fluye por tus venas como fiebre",o- (Haciendo un guiño inusual al lector) "Quede entre nosotros: inexplicablemente, Apolon Apolónovich creía que todas las flores eran campanillas..."


c) O diálogos como éste, que una vez que se piensa se revela como hiperrelista:


Mientras traspasaba las columnas de conversaciones iba captando fragmentos que se componían en frases.
-¡Sabes?-se oyó a la derecha y se desvaneció.
Y emergió:
-Se disponen...
-A tirar...
Susurraron detrás:
-¿Contra quién?
Un traje negro dijo:
-Abl...
Y pasó:
-¡¿Contra Ableújov?!
El traje terminó ya de lejos...
-Habl...as mucho y ha...ces...poco...
El traje tenía hipo.
Pero el desconocido se detuvo impresionado por todo lo oído:
-¿Se disponen?...
-¿A tirar?...
En torno susurraron:
-Apruebo.
El desconocido creyó escuchar "provo", y él mismo acabó la frase:
-¡¿Provo-cación?!
La provocación cundió por la Nevski. La provocación dio un nuevo sentido a las palabras oídas
(...)




La edición es  la de Alfagura, la antigua de tapas moradas en que se leyó por primera vez, con traducción, que suena muy bien, de José Fernández Sánchez. Hay  nuevas traducciones como la de Editorial AKAL hecha por Rafael Cañete.


Shostakovich. LENINGRADO, Sinfonía nº 7.
Cuando Biely escribía Petersburgo, la ciudad estaba a punto de convertirse en Petrogrado y posteriormente en Leningrado hasta 1991. Bajo esos nombres subyace una historia paralela especialmente dura; en ella vivió y compuso su música Dimitri Shostakovich.

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