" Una civilización literaria no se construye a base de lecturas, sino de relecturas; quizá hasta una civilización a secas.[...]Releer es esa alianza discorde, reencontrar, reconocer y descubrir a la vez; encontrar lo que la lectura anterior o incluso alguna otra lectura no nos había revelado. El libro releído nos ofrece algo que ninguna lectura, por precisa que sea, podía darnos"./Giorgio Manganelli, 1990

sábado, 28 de junio de 2008

UN GOYA VERDADERO

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La polémica está abierta, es de suponer que por poco tiempo porque parece que las razones para descatalogar  El Coloso de Goya son definitivas.
Estaban a la vista. Pero la reverencia  paraliza.Cuando se decidió que El Coloso pertenecía a Goya, en los años cuarenta del siglo XX, el argumento más de  peso fue el iconográfico:  una imagen tan potente sólo Goya era capaz de concebirla en aquel tiempo.Pues se ve que no.Un pintor secundario como Julio Asensio, algo debió aprender del Goya monumental,  su maestro y amigo. 


1810-121. óleo/lienzo. 116 x 105. Museo del Prado. (pulsar para aumentar imagen)


Según los representantes del Museo del Prado y las investigaciones de Manuela Mena especialista y responsable de la obra de Goya, el cuadro plantea serias dudas, por:
Estudio radiográfico, demuestra un gran pentimento,impensable en Goya muy seguro siempre y con el cuadro en la cabeza antes de iniciarlo: La figura del Coloso estaba en principio de frente,no hay precedentes en Goya de una corrección de esa envergadura,
El paisaje, se supone que eran los Pirineos, si el coloso es Napoleón como se ha interpretado amenazando a España, pero Goya era bastante naturalista en la representación  de paisajes y éste no lo es,
La anatomía, del Coloso y de las figuras de animales, no se corresponde con el dominio anatómico que demuestra Goya  en sus cuadros, aguafuertes o dibujos más seguros.

Las figuras pequeñas, hombres, animales tartana, de factura pictórica más que mediocre,
La perspectiva, Goya la dominaba y era cuidadoso con ella, en las relaciones entre las figuras según las distancias, las proporciones...
- Además José Luis Díaz, conservador jefe de Pintura del XIX, interpreta unos trazos, -no como Niegel Glendining (catedrático emérito de la Universidad de Londres y uno de los especialistas más respetados en Goya) que veía en ellos un "XVIII"-,sino como las iniciales "AJ", probablemente Asensio Juliá, discípulo y colaborador de Goya en los frescos de San Antonio de la Florida, y amigo del pintor de Fuendetodos y a quien éste retrató.

Goya, El Gigante. 1818. aguatinta 29 x 21MoMA (pulsar para aumentar imagen) 
Muy distinta la fuerza y precisión con que está trazada esta figura que si no estuviera datada posteriormente se podría pensar había servido de inspiración al autor de El Coloso.

                        Retrato del artista Asensio Juliá.h 1798 óleo/lienzo 54 x 41. Thyssen (pulsar para aumentar imagen)



Este cuadrito de Goya, prodigioso en su sencillez,  ha salido vencedor de  la refriega.Todos los focos se han puesto en  él y han hecho pensar en su emotiva belleza.
En muchos sentidos. Asensio Juliá, llamado El Pescadoret, nacido en Valencia en 1748 y con una relación  estrecha con Goya para que este llegara a retratarle como un artista artesano, junto a unos andamios ¿los de San Antonio de la Florida?...y en el suelo los "trastos de pintar" y algún cascote de la obra,es el ganador. En la parte inferior izquierda del cuadro se puede leer "Goya a su amigo Asensi".
Y el cuadro una vez que atrae la atención sobre él resulta de una belleza fascinadora, por su sencillez y calidad pictórica;por la composición, por el colorido, por la técnica de pinceladas  sueltas, por las luces, de intensidades tan variadas y sin embargo armonizadas que crean un ambiente acabado, recogido en sí mismo, resultando finalmente un cuadrito íntimo y precioso y una estimable obra de arte.
Sobre el juego de luces y sombras de indudable calidad en su capacidad de sugerir, los tonos marrón oscuros con orlas azules de la bata del pintor, el rostro girado hacia las luces difusas de la derecha, la mirada pensativa. Resulta una figura frágil, sensitiva y atrayente y la existencia de el cuadro mismo demuestra sin duda que Goya lo apreciaba.


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